Algo más sobre mí.

La fotografía se cruzó en mi vida cuando todavía era demasiado pequeña para comprenderla, pero me estremeció con su magia, como también lo hicieron en esa edad los cuentos de hadas. Y aunque los cuentos me decepcionaron y los olvidé, la fotografía sigue siendo mi fiel compañera y continúa cautivándome.

Desde mi adolescencia supe que dedicaría mi vida a captar imágenes, y en cuanto tuve ocasión me dediqué a formarme, nutriéndome de todo lo que pasaba por mi retina, ya fuera formal o informalmente. He aprendido de grandes fotógrafos y también de otros menos famosos aunque fervientes apasionados que me han transmitido su amor por la fotografía.

He crecido tan íntimamente unida a este arte, que es mi propia vida, me permite mostrarme como soy y enseñar a los demás las experiencias, los lugares y las gentes que me sugieren y conmueven. De igual manera la cámara me sirve para retener y dejar testimonio de las injusticias y situaciones odiosas que me revuelven, para no permitir que se arrinconen en el pasado sin atención ni intención.

Viajar y fotografiar son mis dos grandes pasiones. Siempre viajo con mi cámara, gozo con las nuevas experiencias, paisajes diferentes y exóticos, y descubriendo diferentes culturas en las expresiones de la gente, y todo ello grabarlo con el objetivo.